Santidad a Jehovah
  UNA VIDA EXCELENTE.
 

EL PRINCIPIO DE LA CALIDAD DE VIDA Y LA EXCELENCIA

(Colosenses 3:23-24)

 

Hoy el mundo se mueve en medio de una dualidad de situaciones:

 

·        Vida                               ·    muerte

·        Paz                                ·    violencia

·        Salud                             ·    enfermedad

·        Alegría                           ·    tristeza

·        Materialismo                  ·    espiritualidad

·        Riqueza                         ·    pobreza

·        Excelencia                     ·    mediocridad

 


Todos, sin duda alguna, queremos vivir una vida de calidad, con alegría y excelente; pero sin muerte, sin violencia, sin enfermedades, menos una vida en mediocridad. Para lograr este propósito, muchos se aventuran a experimentar nuevas fórmulas de vida -producto de filosofías, doctrinas o costumbres- meramente humanas. En ese sentido podemos encontrar en el libre mercado muchas recetas por doquier, todas ellas con diversas propuestas, pero sin lograr llenar el vacío espiritual.

 

El apóstol Pablo nos enseña un camino mejor: vivir en santidad. Pero, ¿qué significa vivir en santidad en los tiempos de hoy?

 

Al respecto tenemos que precisar que cuando hablamos de santidad no estamos hablando de encerrarse en algún lugar apartado del mundo, huyendo de las tentaciones; tampoco nos referimos a un mero concepto o deseo personal por hacer algo bueno.

 

Santidad es la capacidad de resistencia ante el mal, confiando en Dios, para vivir una vida agradable ante Él y ante el prójimo.  ¡Eso es todo!

 

Ahora bien, ¿cómo lograrlo? El mismo Pablo nos exhorta a hacer todo de corazón, como para el Señor. Si esto es así, implica entonces un nivel de calidad, eficiencia y excelencia en todo lo que realicemos.

 

Todos los niveles de nuestra vida tienen que estar impregnados por este aspecto.

 

 Por ejemplo: nuestra manera de pensar, nuestra forma de mirar, nuestros métodos de estudiar, nuestro trabajo, la manera cómo amamos y servimos a los demás.

 

Lograr una vida de calidad y de excelencia no es fácil alcanzarla si es que no tenemos a Cristo en nuestro corazón. Para ello es necesario nacer de nuevo y luego empezar una vida de perfección. Analicemos estas dos experiencias en la vida cristiana:

 

a)   Nuevo Nacimiento.- Esta experiencia implica dejar atrás nuestra actual vida mediocre por una nueva vida en Cristo. Es cambiar nuestra manera de pensar y renovarla por ideales y valores cristianos. Es dejar los vicios y todo aquello que atenta contra nuestro ser. Es amar de verdad. No seguir mintiendo más. Esto es posible si ponemos nuestra confianza en Jesucristo y dejamos que Él actúe en nuestras vidas, para que sea nuestro Señor y Salvador. En la Biblia encontramos el caso de Nicodemo que recibió de Jesús la invitación para nacer de nuevo:”De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” En otras palabras Jesús le estaba diciendo a Nicodemo: ¡Deja de ser un creyente mediocre más! (Cf. Juan 3:1-11).

 

b)    Vivir en Perfección.- Es el segundo paso que todo creyente en Jesucristo debe empezar a vivir. Es cumplir los mandamientos de Dios y ponerlos en práctica en nuestra vida personal y en nuestro entorno social. Como consecuencia nuestra vida será un verdadero testimonio de calidad y excelente en el Señor. No para que agrademos a los demás, sino para agradar a nuestro Dios. En otras palabras, es vivir una vida en santidad. Y lo mejor de todo es que tendremos las bendiciones que el Señor nos ha prometido: “la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy.”

 

     (Deuteronomio 11:27).

 

Ya no habrá más temores ni  angustias sobre el porvenir. ¡Seremos más que vencedores! (Romanos 8:37). Ese es nuestro desafío: vivir en santidad. Sólo el poder del Espíritu de Dios podrá realizar tal obra en nuestras vidas. No por nuestras propias fuerza y voluntad.

 

 Este es el principio de la calidad de vida y de la excelencia, no hay otro. ¿Quieres también vivir esa vida de calidad y de excelencia?

 

Pues hay un solo camino: acepta en tu corazón al Señor Jesús y verás la diferencia. Deja ya todo lo que hasta ahora has venido viviendo y te ha llevado a una vida de frustración, sufrimiento, de angustia y temores, es decir, una vida mediocre. ¡Atrévete a cambiar y a ser feliz, ahora!


CIECDEBIR

 
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